Nuestra familia Lansinoh comenzó hace 35 años con una madre lactante, Resheda Hagen, que se embarcó en lo que se convirtió en la empresa Lansinoh en 1978 en Portland, Oregón, al nacer su primer hijo. Resheda estaba amamantando a su hijo, pero al cabo de varios días sus pezones pasaron de estar sensibles a estar insoportablemente doloridos. Al no poder obtener ningún alivio con los productos disponibles, se planteó a regañadientes el destete. Una líder de la Liga de la Leche la animó a seguir intentándolo y le recomendó la lanolina, pero no estaba disponible en las tiendas.
El marido de Resheda, que es médico, pudo localizar y llevar a casa un bote de medio kilo de grasa de lana de la farmacia del hospital. Ella se aplicó la lanolina en sus doloridos pezones y sintió un alivio inmediato. Sus pezones se curaron en los días siguientes y siguió amamantando con éxito. Resheda Hagen comenzó a defender los beneficios de la “lanolina pura” como tratamiento para los pezones doloridos de las madres lactantes.
Resheda Hagen fundó su empresa en 1984 para ofrecer a las mujeres lactantes una alternativa segura y eficaz a los productos altamente cosméticos que había disponibles para el dolor de pezones, una de las principales razones por las que no se lograba establecer una relación de lactancia exitosa. En 1984 decidió comprar lanolina en tarros de una libra y envasarla ella misma en recipientes más pequeños para venderla a las madres lactantes.

Cuando las madres deciden dar el pecho, creemos que deben contar con el apoyo y el estímulo necesarios para experimentar todos sus beneficios, y garantizar que el bebé sienta lo mismo. Siempre nos tomaremos en serio a nuestras madres y sus necesidades personalmente, y crearemos productos de alta calidad que las madres desean y en los que pueden confiar mientras cuidan a sus bebés y desarrollan un vínculo especial que solo se forma en la maternidad.